El sonido del tambor sube por las piernas
y se acurruca en su madre redonda
que soy yo.
Vientrepresente..
y Vientreidentidad.
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La piel del vientre recién parido es exactamente
como el mar de las cuevas marinas:
valiente, suave y fina,
dúctil e hipersensible,
encendida de estrellas o estrías o luceros
que son huellas únicas e irrepetibles.
La piel de este ardiente caldero es sabia en el centro
y se ahonda fácilmente , hasta el útero, donde se puede aprender a tocar un orgasmo.. . .o dos o tres, que den voz a todo el cuerpo.
Créeme, esta piel resguarda a nuestra vasija donde se cuecen verdades como templos.
Nuestro acuífero interno...
Susurrarle y ganarse su confianza te invita a un viaje en espiral
único.
Amarse y el vientre,
en sus memorias y miedos....
Amarse al vientre y arrancar sus mordazas
los vados permanentes de la inquina social contra esta piel
rasgada al grito profundo de parir,
y amarlo a bocajarro .....
sin contemplación. . .
Asf. en cuerpo entero.
Y que viva el vientre que nos parió
que viva el amor que han parido los nuestros!!!
por ello VIENTRES AL FRENTE!
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